08 libros que todo padre debe leer
Educar a los hijos no es sólo una cuestión de toma de
conciencia o de adquisición de determinados conocimientos. Nuestros buenos
sentimientos no nos convierten automáticamente en buenos educadores. Educar
requiere de un esfuerzo consciente en el que con frecuencia será necesario
revisar nuestras actitudes, aprender a conocernos mejor y a conocer, entender y
descubrir a nuestros hijos, modificar hábitos a veces muy arraigados, revisar
determinadas habilidades sociales que se ponen en juego en nuestra relación con
los hijos.
Algunas familias no encuentran en el hogar apoyo, ni salidas
a sus conflictos y problemas cotidianos. En algunos casos, éstos incluso se
agravan en el entorno familiar, y se enrarecen las relaciones. Los miembros se
limitan casi a sobrevivir y a soportar con resignación el tiempo que tienen
para estar juntos...
El cerebro del niño explicado a los padres
Durante los seis primeros años de vida el cerebro infantil tiene un potencial que no volverá a tener. Esto no quiere decir que debamos intentar convertir a los niños en pequeños genios, porque además de resultar imposible, un cerebro que se desarrolla bajo presión puede perder por el camino parte de su esencia. Este libro es un manual práctico que sintetiza los conocimientos que la neurociencia ofrece a los padres y educadores, con el fin de que puedan ayudar a los niños a alcanzar un desarrollo intelectual y emocional pleno.«Indispensable. Una herramienta fundamental para que los padres conozcan y fomenten un desarrollo cerebral equilibrado y para que los profesionales apoyemos nuestra labor de asesoramiento parental.»
LUCÍA ZUMÁRRAGA, neuropsicóloga infantil, directora de NeuroPed: «Imprescindible. Un libro que ayuda a entender a nuestros hijos y proporciona herramientas prácticas para guiarnos en el gran reto de ser padres. Todo con una gran base científica pero explicado de forma amena y accesible.»
ISHTAR ESPEJO, directora de la Fundación Aladina y madre de dos niños«Un libro claro, profundo y entrañable que todos los padres deberían leer.»
JAVIER ORTIGOSA PEROCHENA, psicoterapeuta y fundador del Instituto de Interacción«100% recomendable. El mejor regalo que un padre puede hacer a sus hijos.»
Un manual de autocontrol emocional para padres e hijos de
todas las edades Del autor de El adolescente indomable, más de 10.000
ejemplares vendidos
A mayor implicación emocional, más dificultades existen para
actuar de manera estable. De ahí que los padres necesiten controlar sus propias
emociones en todas las etapas educativas, sobre todo porque los niños irán
adquiriendo sus mismas tendencias a hacer las cosas deprisa y muchas veces mal,
a ser impacientes e intransigentes y a sentirse frustrados por no saber
detenerse a tiempo.
Este manual enseña autocontrol emocional para educar sin ira
y a no tirar la toalla cuando surgen los problemas. Su autor ofrece numerosas
estrategias y técnicas para saber cómo favorecer la seguridad, la confianza y
el optimismo en nuestro hijos...
Nuestros padres y
abuelos la tenían más fácil. “ ¿Puedo ir a la fiesta?” “No”. “¿Por qué no?”.
Ahí acababa el asunto. Dormían tranquilos, no se quebraban la cabeza, ni
cargaban un costal de culpas. Ellos estaban en contacto con su sentido común,
aunque, debemos decirlo, la reflexión sobre la educación no era parte de su
vida. Todo era más sencillo, pero los hijos no tenían derecho a expresarse, a
defenderse ni a contradecir a los mayores por injusto que fueran.
Los padres de familia actuales están viviendo algo distinto
y la tentación de encontrar un libro que les ofrezca la solución para resolver
los problemas que enfrentan con sus hijos puede ser muy atractiva. Sí,
encontrar la fórmula que les resuelva el complejo problema de educar.
“¡Olvídense de los detalles, vayan al grano y díganme cómo!” ¡Explíqueme qué
debo hacer con este muchacho y ya! Como si educar pudiera ser una simple receta
de cocina...
Que los niños sean desobedientes es lo que toca. Que los
padres se desesperen, también. Siempre y
cuando además lloren, rían, se enfaden, se sorprendan, se atrevan, se
ilusionen, perdonen, premien... En definitiva, disfruten de todo lo que implica
ser padres.
Todos los niños son reacios a hacer lo que no les gusta,
porque se sienten exactamente igual que nosotros cuando el lunes suena el
despertador y hay que ir a trabajar. La diferencia entre una situación y otra
está en el control que sobre nuestros impulsos hemos adquirido. Si no fuera
así, apagaríamos el despertador y seguiríamos durmiendo. De ese control
tratamos en este libro, de la necesidad de aprender a saber lo que se puede
hacer o no y de aprender a tener en cuenta las consecuencias en el entorno y en
los demás cuando lo hago. Eso que a nosotros nos parece que viene de serie y
sin embargo nos lo enseñaron nuestros padres...
Si a los padres se les permitiera expresar un solo deseo
para sus hijos en edad escolar, estoy segura de que su respuesta sería que
fueran felices en el colegio. Pero, naturalmente, este ideal es complejo. ¿Qué
es lo que quieren decir? Probablemente que sus hijos crezcan sanos y
desarrollen la confianza suficiente para hacer amigos, y las habilidades y
destreza que les permiten participar en todos los aspectos de la vida escolar
disfrutando y con éxito. Esto parece una esperanza totalmente razonable, pero
acontecimientos
siniestros como el acoso escolar pueden arruinar la experiencia
del niño en el centro escolar, e incluso sus oportunidades en la vida. Los
efectos negativos del acoso pueden ser devastadores y permanecer en algunos
niños durante muchos años después de haber dejado la escuela y a los acosadores
que conocieron en ella, incluso pueden convertirlos en adultos con dificultades
para confiar en los amigos, lo cual puede conducir al aislamiento y al
mantenimiento de relaciones tensas (Alexander et al. 2004a, b). Muchos centros
escolares, si no todos, tienen actualmente políticas anti-acoso; a pesar de
ello, el 27 por ciento de los niños que cursan la enseñanza primaria en
nuestros colegios informan de que han sido «víctimas de la hostilidad
sistemática y constante por parte de un grupo de iguales que continuamente
convirtieron sus vidas en un infierno (Thornton 2007). Es indudable que el
problema persiste todavía.
Ni rabietas ni conflictos
Cuando un niño está enojado o irritable, lo que busca es satisfacer sus necesidades no cubiertas. Esas rabietas que a tantos padres desesperan no son sino las ideas propias del niño enfrentadas a los deseos de sus padres: no entiende lo que pasa, se ofusca y estalla emocionalmente. Conforme crece, estas rabietas se pasan pero los conflictos familiares siguen formando parte de la convivencia.
Para Rosa Jové, con estas reacciones un niño camina hacia su independencia y la defensa de sus propias ideas. Se trata de una etapa que es preciso pasar y que los padres deben aceptar y entender, sin recurrir a los castigos, porque de lo contrario contribuirán a hacer crónico un problema que tiene fecha de caducidad.
La autora de Dormir sin lágrimas y La crianza feliz -ambos publicados con mucho éxito por esta editorial- va más allá y nos ofrece también soluciones definitivas para los problemas de comportamiento hasta los 12 años. Y defiende, con sólidos argumentos, la idea que transmiten estas palabras: «Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite».
• Exigir a los hijos lo que no les enseñamos
• El castigo como fracaso del educador
• Cómo prevenir los problemas de convivencia
• Coherencia y empatía: bases de una crianza feliz
• El respeto de la intimidad
En este libro los padres encontrarán consejos prácticos y extremadamente útiles para ayudar a su hijo adolescente a sobrellevar la inseguridad que conlleva esa fase de la vida, a controlar la agresividad y canalizar la energía, a incentivar la voluntad y la capacidad de esfuerzo de modo que afiancen su autoestima y personalidad, a expresar adecuadamente las emociones, a madurar intelectual y emocionalmente y mejorar la conducta en la familia y en la escuela, entre otros. En treinta y ocho capítulos se repasan los aspectos más importantes de una etapa llena de encrucijadas.
Los padres tienen ante sí en esos pocos pero cruciales años la valiosa oportunidad de transmitir las últimas grandes enseñanzas para sus hijos, las que les permitirán alcanzar una vida feliz, antes de que se alejen de casa para formar su propia familia. Los hijos, por su parte, están ante la última gran oportunidad de conocer de las personas más indicadas y próximas a ellos cómo es y cómo debería ser el camino a seguir. Ambos se distanciarán en mayor o menor medida tras la adolescencia, y lo que hagan durante ella y el modo en que la aprovechen, marcará la relación entre ellos para el resto de sus vidas.
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